El día comenzó lluvioso. Pero el sol acabó por imponerse y Azurmendi estaba precioso. Los novios se habían enamorado de nuestras maletas, así que decidieron que la decoración de su boda pivotara entorno a ellas...
La más grande de ellas hizo las veces de seating plan, mientras que las de menor tamaño servían para crear una atmósfera de lo más vintage...
Los carteles con cada una de las mesas (todos diferentes) colgaban con diminutas pinzas dentro de la maleta.
La cartelería incluía señales como el horario de autobuses...
Y en lugar de libro de firmas, los novios decidieron hacer postales con fotografías suyas que los invitados fueron escribiendo y dejando dentro de un cesto para poder leerlas más tarde.
Los detalles estuvieron por todas partes, incluso a la hora de señalizar los baños!
Muchas gracias a Mónica y Luis Alberto por dejarnos ser una parte chiquitita de su día. Fue un placer.