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jueves, 8 de enero de 2015

El arte de recibir

Porque, digan lo que digan, hacer que nuestros invitados se sientan en casa ajena como en la propia, es un arte.


Hay celebraciones que por lo familiar o por el numero de invitados, como un bautizo, una pedida de mano o un cumpleaños de esos en los que se cambia de década, se pueden celebrar en casa. No me lo digan, por su cabeza pasan a toda velocidad varias ideas: imágenes del lío en la cocina, los olores a comida pululando por el salón, la comida no va a llegar caliente a la mesa, la vajilla que no llega para todos, la manteleria no es muy apropiada, hacen falta mas copas, uno de mis invitados es vegetariano, qué les pongo a los niños...por no hablar del momento en el que todos se han ido y parece que por la cocina ha pasado Atila. Casi, casi, como para tener que dar parte al seguro.


Pues reseteen. Tecla "Supr" del teclado mental. Nos llaman y nos cuentan qué se celebra, qué idea tienen de ese día y qué aire quieren darle. Les hacemos una visita y les aturullamos a ideas y diferentes precios. 

Contamos con la ayuda de grandes profesionales a nivel de catering. Llegan a su casa, se hacen con su cocina, traen todo lo necesario (vajilla, critalería, matelería...) preparan, sirven, rellenan copas durante el evento y...redoble de tambores: dejan todo como lo han encontrado. Atila 0- Casa 1.



Y una vez que tenemos el menú enfilado, aquello habrá que ponerlo bonito y especial, no? no me digan que unas minutas con el nombré del cumpleañero y con lo que se va a degustar no serían un puntazo. O si la celebración es un cocktail, unos cartelitos indicando el origen de cada queso o las características de la bodega que se va a servir no quedarían de miedo... Y como no, un toque floral, que aquello no parezca el Jardín del Edén pero que con un centro aquí, un ramillete allá y un arreglo diminuto en zonas seleccionadas, demos la sensación de unidad en los diferentes ambientes en los que la celebración va a llevarse a cabo.



Estas ocasiones son para disfrutarlas, tanto los invitados como los anfitriones. Que la única preocupación para ese día sea que el cumpleañero este guapo a rabiar o que el bebe parezca que lo han vestido los ángeles.




Imágenes vía Pinterest